martes, 23 de julio de 2013

El exquisito placer del ocio



Caligrafía por Zhuang Yan (1931)

Esta espléndida caligrafía contiene un poema que se traduce así:

Vivir retirado y sin preocupaciones;
  en silencio y tranquila soledad.
Busca a los clásicos, encuentra sus palabras;
  dispersa tus angustias y camina en libertad.
Así gozando de las horas se aleja toda carga,
  se marchitan  los pesares e invitas a la alegría.
¡Ah, la belleza del estanque con las flores de loto,
  y del retoñar de la hierba en el jardín! 

A fin de año el níspero es verde como jade,
  y el árbol de firmiana pronto se marchitará.
Las viejas raíces se agostan en la sombra,
  las hojas caen y flotan en el viento.
La mítica ave Kun asciende sola a las alturas,
  y en su vuelo bordea el púrpura del cielo.

La segunda estrofa no está incluida en la caligrafía pero es el poema completo. El autor es Zhou Xingsi ( ? - 521), y el texto es parte de un texto más extenso que desde el s. VI ha sido copiado incontables veces por los mejores calígrafos chinos. Este poema celebra a Tao Yuanming y a su ideal del retiro a la vida del campo.

(Para los estudiosos del chino, aquí pueden encontrar el poema en mandarín y con guía de pronunciación pinyin.)

Tao Yuanming (365-427) fue un poeta y erudito que vivió durante la Dinastía Jin y es considerado uno de los literatos más influyentes de la historia china, convertiéndose con su propio ejemplo en la imagen del “poeta recluso”: aquél que abandona la vida oficial para volver a la simplicidad del campo. En el caso de muchos poetas, esto era tan sólo una celebración de esa romántica imagen, pero Tao Yuanming lo llevó a la práctica en realidad.

A los 12 años había quedado huérfano, pero había comenzado ya su educación formal, en la que destacó desde muy joven. Sin embargo, aunque con grandes deseos de dejar su marca en la administración, tuvo la desgracia de vivir en una época turbulenta y marcada por la corrupción, donde era difícil que los hombres talentosos como él fueran reconocidos. De modo que no fue sino hasta los 29 años que finalmente le fue asignado un puesto menor.

Cuando finalmente se desempeñó como oficial, pese a todos sus esfuerzos de trabajar con honradez, se desilusionó de lo que vio en el desempeño diario de su cargo. Durante 11 años trabajó con ahínco en puestos civiles y militares, pero siguió siendo desairado para ocupar los puestos de mayor responsabilidad que merecía, y tan sólo ganaba cinco barriles de arroz al año.

Un día, recibió una carta de sus superiores, avisándole que un cierto inspector provincial iría a visitar pronto su distrito, y que tendría que atenderlo.

El viejo mayordomo oficial del magisterio vio también la carta y le dijo a Tao que deberían empezar a preparar los ‘regalos’ - el eufemismo para referirse a los sobornos - que debían dar al oficial visitante. 

Para Tao, este fue lo último que estaba dispuesto a soportar. Enojado, dijo, “¿Por cinco barriles de arroz un hombre debe vender su dignidad?” Con esto, desbrochó su cinturón de oficial y regresó al campo, de donde ya no volvió a salir.

Después de este episodio, Tao Yuanming tomó una pequeña cabaña en las afueras de su pueblo natal y por el resto de su vida - más de veinte años - se dedicó a la vida del agricultor. Ahí encontró la paz del alma que buscaba, y escribió algunos de los poemas más famosos celebrando la vida sencilla, como estos:


Vivir en una choza en el campo, habiendo renunciado a los lujos.
¡Fuera de la ciudad, sin escuchar el sonido de un carruaje ni de un caballo!

*

Somos pobres pero ¿quién necesita una casa enorme?
Basta con que pueda albergar nuestras camas y esteras.
Los vecinos suelen cantar y se entretienen
  hablando de las cosas de días pasados.
Nos deleitamos con viejos poemas,
  explicando partes que no habíamos comprendido.

*

Primavera y otoño dan los mejores días
  para subir a las montañas y escribir poemas.
En cada puerta los saludos se multiplican y si hay vino, se ofrece.
Tras un día de trabajo en el campo vuelvo a casa.
Al descansar, a veces pienso en algún buen amigo
  y enseguida me visto y voy a visitarlo; 
  no paramos de charlar y de reír.
No hay vida mejor, no la cambio por nada.
Y aunque es verdad que no se puede vivir sin alimento y ropas
  nunca me cansaré de trabajar estos campos.


Tao Yuanming ha sido inspiración de incontables poetas y oficiales durante la historia, que siguieron su ejemplo o filosofaron sobre sus mismas convicciones. Uno de ellos fue Wang Wei (699-759), uno de los artistas más influyentes de la Dinastía Tang, que escribió:

En la vejez busco sólo la tranquilidad.
Sin nada que me importune,
  encuentro a un viejo en los bosques
  y el diálogo y la risa sigue entre ambos.


Y otro fue Lu You (1125-1209), poeta de la Dinastía Song del Sur, que a su vez se retiró de la vida de la ciudad para vivir en reclusión. Uno de sus poemas celebra así esta elección, recordando a ese poeta de 800 años atrás:

En mi cama leo las coplas de Tao
   y luego bajo la llovizna atiendo mis vides.


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