sábado, 25 de mayo de 2013

Infierno y Paraíso, y otras falsas dicotomías


Los hijos de mi maestro discutían. 

El niño preguntó a su hermana: “¿Qué prefieres, dar o recibir?” Ella sabía que si decía “prefiero dar”, la respuesta preparada sería: Si das y das, te quedas sin nada. Y si decía “prefiero recibir”, su hermano diría, ¿Recibir golpes e insultos?
La respuesta fue, “Prefiero conservar, ¿y tú?”. Su hermano se quedó sin saber qué decir. Todavía, ella se burló: “¿Qué no puedes ver más opciones? ¿No prefieres atraer, o tomar por la fuerza, o crear? ¿O por lo menos no las puedes ver como opciones? Eres un simplón.”

¡Cuántas de nuestras opiniones están polarizadas por dos opciones que se nos presentan! El viejo truco del “Policía Bueno y el Policía Malo” nos ciega ante el hecho de que ambas buscan lo mismo: ¡engañarnos para que cooperemos con ellos! El concepto que tenemos de libertad de elección se limita hacia la libertad de elegir entre dos opciones “opuestas”, que no son sino caras de la misma moneda. La libertad de pensamiento se ha hecho frágil, atados como estamos en el proceso de masificación de la conciencia que ya preconizaba Ortega y Gasset en sus apuntes Rebelión de las Masas, allá por los 30s. 

¿No podemos salir de las dicotomías y ver más allá? La respuesta es que sí, desde luego podemos. Pero no es fácil porque la cultura nos programa constantemente (y no hablo de forma conspiratoria) para sólo ver dicotomías y para agregarnos a las cadenas de control. Un excelente ejemplo es la película The Ring (2002), basada en una película japonesa del mismo nombre de 1998: hay un video maldito, que mata a quien lo ve. Los protagonistas encuentran una forma de escapar a la muerte: no venciendo al mal, sino reproduciendo su mensaje y dándoselo a alguien más.

Así entonces, ¿qué escogeremos, izquierda o derecha, infierno o paraíso? El “paraíso” parece tentador, pero no lo es tanto si no es nuestra construcción de él, sino la definición dada por alguien más. ¿Es suficiente estar en lugar seguro? ¿Es suficiente escapar al fantasma a costa de reproducir su mensaje? Seguramente hay más opciones entre “aceptar morir” y “salvarme a costa de que otros mueran.” 

Si no está la opción de luchar, seguramente la podemos escribir nosotros mismos.


VIDEO DEL DÍA


Cat Soup es una animación surrealista japonesa de 2001, del director Tatsuo Sato. Narra las peripecias de un gatito que se embarca en un alucinante viaje por el inframundo, para rescatar el espíritu de su hermanita. Se estrenó el mismo año que Spirited Away, y aunque también fue multipremiada dentro y fuera de Japón, no se hizo tan famosa como la pélicula mencionada:

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